No hay nada trivial

La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.

viernes, 20 de mayo de 2011

Tengo completamente asumido que el sentimiento de alegría que hoy me incita
a creer en un sin fin de promesas y que me hace reír sin razón, no perdurará...
y no es una visión pesimista, lo digo en serio, es así... pero por eso mismo voy
a aprovechar lo que queda de esta noche... y quizás mañana, no quiero ser
nuevamente la persona que cayó en las redes de lo que no era necesario, esta
es una simple oportunidad de soñar... de soñar con algo que está cerca pero
es imposible de alcanzar... y no quiero que esa cercanía permita la entrada de
nuevas emociones que me deslizan sobre una extensa corrida de hielo fríamente
acalorado. Sinceramente, no tengo ganas de hablar de un futuro, de hablar de
lo que deseo que pase y de lo que no, de las cosas que se vienen encima... no.
Quiero hablar de hoy, de este mismo momento, en donde contemplo un
silencio acojedor, el dulce aroma que sabe a vainilla, palabras escritas por todos
lados, pero aquellas pertenecen al pasado, colores cálidos y un frío agradable,
sé que todo es producto de algo que me hizo ver todo de colores. Es como
la droga, consumes una cierta cantidad y todo te parece bien, ahí está el punto
en donde tengo que evitarla, porque soy una persona demasiado adictiva y
obsesiva a la vez. Me gustaría acariciar el suave pelaje de cada circunstancia,
cuando algo parecido te pasa, nadie más es capaz de entenderte... Y ese
momento creo que jamás lo borraré, no hay nada dentro de ambos cuerpos,
no hay conexión, no hay algo que los llame a volar juntos, pero aparecen
pequeños actos, como mirar... una simple mirada redoblada con una intención
comunicativa, que provoca en una de las dos personas un fuego que le recorre
desde la cabeza hasta la punta de los pies, unos escalofríos acompañados de
ciertas dudas que quedan sin resolver. Fijarte por un segundo de tu vida en
la expresión de sus ojos, en lo que transmite su mirada, en el color agridulce
que los rodea y los hace brillar, o quizás en cada gesto, cada mueca, cada
movimiento... cada risa. No sé cual es la diferencia entre esta y la otra y la
verdad es que tampoco tengo deseos de descubrirla.

Una buena noche... un exquisito entorno y procesos delicadamente atractivos
que por hoy me harán dormir con una sonrisa.

Norah Jones - No easy way down.

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