No hay nada trivial

La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.

jueves, 28 de diciembre de 2017

La cosa es mantenerse

Hola.

Por favor no me odies por aparecer siempre en esta fecha, no lo hago con mala intención.

La verdad es que al parecer, estoy negando constantemente la existencia de historias. Es como si nada pasara por mi mente nunca; finjo -para mí misma- ser una roca, inerte, quieta, incapaz de reaccionar y de sentirse de ciertas maneras frente a ciertas situaciones. Pasaron demasiadas cosas, pero esta vez; este año no quise rastrearlas, porque no me importaron, o eso quiero creer. 

No me agradan esos momentos en los que el nivel de reflexión es tan grande, que te cuestionas incluso aquello de lo que estás segura hace muchos años. Por ejemplo, cuando le inventas una historia a todo el mundo -incluyéndote a ti-, de cómo dejaste las drogas y saliste adelante, pero en verdad nunca fue así, y tu misma hasta hace una hora atrás seguías creyendo que las drogas son parte de tu pasado, que podrías volver a tener una dosis en tus manos y no sentir ningún deseo de consumirla; pero no es así, la verdad es que nunca se alejaron de ti, nunca dejaste de ser adicta, y puedes pasar los días, las semanas y los meses sin probar nada y demostrando que estás limpia, pero siempre hay un momento, un día o una fecha específica en el año en que necesitas esas drogas más que cualquier otra cosa, y las extrañas, extrañas sentirte como te sentías cuando ellas estaban dentro de ti. Y para peor, terminas dándote cuenta de que ninguna otra actividad, ni el estudio, ni el baile, ni la yoga, ni el arte, ni la escritura, ni las risas, ni nada puede reemplazarlas, nada puede hacerte sentir de esa forma. Pueden hacerte sentir bien, pero nunca igual.

Espero que el 2018 nos encontremos más seguido; espero dejar de reprimir cada sentimiento y pensamiento que ronda por mi cuerpo.

“¿Sabes? A veces siento que ya he sentido todo lo que voy a sentir jamás. Y de aquí en adelante nunca voy a sentir algo nuevo. Sólo versiones más pequeñas de lo que ya he sentido." - Her


sábado, 26 de agosto de 2017

Mis pies a caminar


La vida me calló; los hechos me encarcelaron. Fui atrapada hace unos meses atrás, mientras caminaba por un desierto vacío, huyendo, en búsqueda de un refugio seguro, el cual evidentemente no encontré. Fueron dos días y dos noches caminando, sin comida, sin agua, totalmente desgastada. Así me encontró la coyuntura, aquella que me esposó y me llevó a la celda. Adentro estaba viviendo, estaba soñando, planificando mi accionar al salir en libertad, pero me censuraban, me quitaban los deseos de escribir y nunca me enviaron papel ni lápiz. Estaba tan coartada de poder desarrollar historias que comencé a olvidar incluso las que viví y que tenía guardadas dentro de mi. Se esfumaron trayectos, vivencias que no ocurrieron hace tanto, pero que se alejaron hasta desaparecer. Me quedé sólo con mis noches, esas que me tranquilizaban, porque me cerraban los ojos y me llevaban hacia otro lugar, recordándome que aun no me matan. 

Así fueron aquellos meses, alejada de mi propia vida, quizás en un constante cuestionamiento sobre un montón de cosas, intentando vivir con lo que tengo, modificando errores, sintiéndome como tu, como ella, como el. Pero al fin y al cabo, todo es igual. Las personas se siguen yendo, llegando y volviendo, como si no existiera una decisión estable de ser, de estar.

Durante el encierro me llegaron cartas, algunas no las leí, porque olvidé la existencia de los emisores. Las que leí me entristecieron, porque quería estar cerca de esas personas y no podía. Al final las quemé todas, porque al final me olvidan. 

Gracias por estar siempre aquí. La estabilidad no es algo que suela estar cerca mío.

Al final me olvidan - Matías Cena.


viernes, 24 de marzo de 2017

Hay tantas cosas que recién aun estoy aprendiendo.

De alguna forma me gusta tener que usar lentes, porque me gusta que al no usarlos veo todo borroso desde cierta distancias, no existen rostros específicos ni paisajes específicos, simplemente no conozco a nadie ni a nada.