Fue una triste noche, en donde todas las mentes beneficiadas con conciencia y todos los corazones sensibles se conectaron por una trágica razón, algunos no lo podían creer, otros lloraron, y otros reflexionaron. Ahora es momento de preguntarse y cuestionarse, cada acto, cada palabra que de tu hogar ha volado y ha tomado un nuevo rumbo, es hora de investigar más allá de lo que ya sabes, para poder entender aunque sea una pequeña parte de todos los fines, de todas las metas y todos los caminos que se acaban, para comprender por qué vivimos acá y por qué la vida es tan bipolar, por qué un día te entrega alegrías tan grandes y otro día te las quita. El primero de septiembre mis emociones comenzaron a cambiar, sentí que algo me esperaba y que la primavera se acercaba, un sonido carismático me contagiaba con sus canciones y melodías que elevaban mi esperanza de encontrar lo que jamás creí conocer, bailé de felicidad, todo me gustaba y me apetecía, todo me parecía bien y tenia una breve necesidad de perdonar y olvidar todo lo malo, de tirar a la basura todos los rencores que aún quedaban en mí, sentí que estaba comenzando algo nuevo, que a pesar de estar retrocediendo con un millón de recuerdos que llovían sobre mí, esas imágenes me hacían sonreír porque de alguna manera me daba cuenta que todo volvería a ser como era en esos borrosos recuerdos. Si esos simples hechos anacrónicos me hicieron pensar hasta ya más no poder, lo que sucedió después me hizo poner mi mente en pausa y dejarla en blanco, ya no cabían más preguntas innecesarias, así que al llegar a mi casa, lo único que hize fue acostarme, cerrar mis ojos y concluir lo inesperado, evitar todo tipo de ilusión y cerrar el libro. Aún así fue un lindo día, una linda tarde y una linda noche... hasta el momento de conectarme con la realidad y ver que una vez más fuimos castigados por el egoísmo de cada uno de nosotros. Fue una triste noche, el 3 de septiembre, al ver como los rostros deprimidos llenan tu espacio y las malas vibras terminaron por anunciar lo que nadie quería escuchar, sentí pena y nuevamente mi mente se llenó de dudas, hacia la vida, hacia el mundo, y hacia ese ser superior al que todos llaman Dios, hacia la historia, y hacia la crueldad de algunos. Compartí una misma opinión con un ser cercano y creo que eso hizo florecer aún más las preguntas que intenté ocultar, y aquí están, aquí siguen, sólo que fueron respondidas, sin palabras y sin letras, más bien con una interminable lluvia, con ese sonido de gotas cayendo al suelo, con ese aire limpio y ese clima frío que llegó después de haber alumbrado el sol, y esa fue la respuesta que tanto esperé. Hoy desperté con un aire distinto, una mentalidad nueva y ya no siento pena, porque mis dudas fueron aclaradas con la mejor de las señales y me siento segura, sé que estoy en el infierno, sé que vivo en este mundo de mierda en donde nada calza y todo lo que ves es injusto, pero no quiero despegar mis pies de la tierra todavía, porque quiero vivir este infierno hasta el último momento, quiero sentir lo que todos deseamos antes de decir adiós, eso sí, hay personas que definitivamente no merecen vivir acá, sus almas son blancas y sus ojos cristalinos, este no es el lugar apropiado para ellos, y es mejor que se vayan a donde pertenecen, aquel lugar en donde pueden presenciar la misma perfección en todo lo que te rodea, así que ustedes vuelen bien alto y los rebeldes nos quedamos en tierra un tiempo más! para disfrutar unas cuantas maldades más antes de ir a visitarlos.
Décimas a la viola - Nano Stern.
