Me he vuelto dependiente, una vez más, de la utopía, de lo que es volar,intentar vivir de una manera distinta, tengo un vicio demasiado grande,
y es escribir, por mucho que aguante sin hacerlo, siempre vuelvo...
Si bien antes era una persona reservada, ya no lo soy, tengo personas
de íntima confianza, como mis mejores amigos, o mi familia... y les
cuento de cierta manera todo lo que me pasa, pero no lo que siento
y es tan sólo porque nadie sería capaz de entenderlo, entenderlo de la
forma que lo hace mi conciencia al momento de escribir, son tantas las
cosas que pasan por mi mente cada segundo, son tantos los sentimientos
que se apoderan de mí durante el día, que aún escribiendo no puedo
describirlos todos. Tengo muchas confesiones guardadas, pero creo que
ya es tarde para rebelar algunas.. Hoy reflexioné sobre las creencias,
porque siento que no puedo creer en nada, ni si quera en mi misma,
no me doy cuenta cuando mis emociones comienzan a cambiar, el
centro de todo mi ser, el punto de mi vida, el motivo de cada letra,
comienza a cambiar lentamente provocando una desconcentración
propia y tarde descubro que estoy comenzando nuevamente el mismo
cuento. Recuerdos... siempre me hago la misma pregunta, ¿Cuándo
dejarán de atormentarme?, hoy es Sábado, tuve una semana agitada
y pesada, no he tenido tiempo para distracciones, hoy leí toda la
mañana y toda la tarde, cuando calló la noche me di cuenta que no
podía seguir así y necesitaba salir, Sábado por la noche y hacía mucho
frío, hace tiempo que no tenía las manos tan heladas, cuando venía
camino a mi casa pensé en lo exquisito que es el frío, pero luego recordé
por qué no podía contemplarlo y sentir su exquisitez en mi piel, es simple,
el frío siempre me recuerda que estoy sola, cuando era pequeña solía
conformame con una sopa caliente y una estufa... ahora no, pues ni
tener el sol al lado mío será capaz de quitar el frío, ese clima me hace
sentir una loca necesidad de tacto, de abrazar eternamente, de recibir
ese calor más fuerte que el sol mismo, más fuerte que una sopa y una
estufa, y ese calor nunca llega, cada invierno lo necesito más, por eso
cada invierno se vuelve más frío y cada invierno me siento más sola.
Aún tengo las manos muy heladas, eso también provoca un deseo de
escuchar el sonido de mis huesos, todo esto aunque suene extraño tiene
que ver con los recuerdos, a pesar de que cada invierno es distinto, siempre
esas fechas me hacen recordar un sin fin de cosas que me ponen
melancólica, en realidad todo lo que me haga recordar me pone así, la
nostalgia es una fuente fundamental en mí, ahí está esperando cada
segundo para poder apoderarse de mi alma. Hay momentos que amo
y me hacen amar la vida, y son los momentos en los cuales vivo y
olvido, aquellos en donde nada ni nadie me importa, porque el presente
que se siente en esas circunstancias es tan maravilloso, perfecto que
no sabes ni quién eres ni de dónde vienes ni menos te importa, desearía
repetir esos momentos cada segundo de mi vida. No tengo ánimos de
comenzar una nueva semana, porque sé lo que viene, lo mismo de la
anterior... aguantar nuevamente dos horas que se me hacen eternas de
pura tortura mental y emocionalmente, no quiero que esto siga creciendo,
juro que desearía acabar con esto ahora, hace unos días que ya dejé
de ser tan ilusa y logré aprender algo de todos mis errores, por eso ya
no quiero volver a lo mismo, pero es inevitable, mi cabeza y mi corazón
me dominan por completo, no tengo poder sobre ello. Por eso quiero
irme, siempre pienso en esa opción, es lo mejor que me podría pasar,
irme lejos de todo... y de todos, olvidarme de la vida que tengo acá por
un largo tiempo, no tener contacto con nadie, sólo irme lo más lejos posible
y sin decirle a nadie, quizás todo acá sea mejor sin mi, quizás yo soy
el motivo de muchas cosas, tal vez si yo me fuera, todos volverían a unirse
y dejarían atrás sus antifaces, lejos de mi les podría brotar la honestidad
y muchas cosas. Es todo por hoy, pero te advierto que ahora no me iré.
Voy y vuelvo - Nano Stern.
