No hay nada trivial

La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.

sábado, 18 de abril de 2015

Quién fuí

Pasé del negro al gris y del gris al celeste. Caminando, tropezándome, peinándome y despeinándome, tratando de responderme cómo fue que llegue ahí, en qué momento mi voz cruzó un par de oídos inexistentes. Qué sera esto. 

Ya sabemos que uno de los sentimientos que más permanece en mi la mayoría de los días es la nostalgia, siempre quiero volver al día de ayer, al año pasado, a diciembre, al invierno, a la alegría que siempre imagino pero que nunca estuvo. Sin embargo ayer me excedí recorriendo viejas palabras, viejas imágenes, viejos contextos. Mis manos estaban en el mismo lugar, sujetándome el pelo mientras el resto de mi no soportaba el hecho de no poder recuperar ciertas cosas, de olvidar ciertas cosas. Desde el viernes que me persigue esta sensación, en realidad desde antes. Caminé sola y de noche, con música, con estrellas. La mezcla me mareó un poco y me colocó esa expresión de nada que se coloca a veces en mi rostro. 

Qué será de mi el día de mañana, quién será la próxima claudia, dónde serán las próximas tocatas, quién sera el próximo teacher, la próxima directora. Con quién voy a pelear y a quién voy a querer. Reiré o lloraré, volaré o caminaré

Y todo esto para no sentir que estoy exagerando con la falta de negatividad en mis ultimas entradas, con el drástico cambio de contenido que han tenido. 

Quiero tomarte de la mano y buscar el momento más alegre y el lugar mas cómodo para quedarnos ahí y detener todo lo demás. 

Silvio Rodriguez - En estos dias

domingo, 5 de abril de 2015

Cada sorpresa

Siento que cada vez que un rayo de sol se estira, yo me estoy sorprendiendo al mismo tiempo... y pasa, pasa siempre, a cada rato.

Recuerdo que de lo primero que me impresioné, fue de lo bien que salió. No voy a decir que rápido, ni que ideal, porque igual fueron dos semanas de escondites y lejanía. En segundo lugar, me sorprendió contemplar la primera vez en que yo acaricié un pétalo luego de haber succionado el polen y también creo que eso causó mi primer terror, mi primera preocupación. Luego noté que miré esos agujeros cafés por mucho rato, sin desconcentrarme, sin reírme, sin pensar; sólo recorría esa textura con mis pupilas y eso me impactó bastante al momento de la reflexión. Después me sorprendía que todo se mantenía y luego crecía, pero yo no retrocedía nunca, eso sólo avanzaba. Cuando acepté que ya no volví hacia atrás, me fue impresionando cada gesto, cada desayuno, cada fumada, cada cosquilla, cada lugar, cada fantasía, cada sueño, cada día. Y hoy me sorprende esto, estar acá, extrañarte, depender. Por eso es que por cada rayo de sol yo me impresiono de nuevo. Y no sé cuántos rayos existen, pero cabe la gran posibilidad de que no se acaben nunca y así nunca dejaré de sorprenderme. 

No sé si no haber terminado de escribí lo que escribí un día de enero en el cuaderno que me regalaron para mi cumpleaños fue con intención o no. De hecho, recién lo estoy analizando. Puede que al estar comenzando algo nuevo el miedo me haya hecho dejar de escribir, porque cuando escribo me excito y después no puedo parar, no puedo volver; entonces el temor me advirtió que las cosas podían no seguir así... y no quería guardar otra de esas historias... en realidad tampoco me cabía. Pero hoy puedo abrirlo y disculparme por haber frenado toda la obra teatral, por haber esperado tanto, aunque haya sido para asegurarme bien.

Lo de anoche era que algo así como que prefiero el peligro antes que la normalidad; prefiero una larga historia oculta antes que una vida vacía. Lo que más quiero es verte siempre dentro de este cubo cristalino y por más que lo piense y por más que tenga presente las consecuencias y los costos, voy a seguir queriendo esto.

Volvamos en el tiempo y estacionémonos en las rocas, en la habitación, en el pasto, en el restaurant, en el paradero, donde sea, pero volvamos a esas instancias en donde sólo existen dos personas.


Cultura profética - Rimas para seducir