No hay nada trivial

La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.

lunes, 22 de junio de 2020

¿Cómo me llevó tanto tiempo razonar sobre algo tan lógico?
Es como si aun no supiera que no debo ver películas con escenas en donde entierran vivo a alguien, o como si esperara hasta ya no poder hablar para tratar de expresarme de alguna manera.
Es obvio, y lo sabía, pero no lo quería canalizar, porque tan solo recordarlo ya  me duele, porque desde el peldaño en el que me encuentro hoy no quiero bajar nunca, y estoy tan cerca de caer siempre, porque estoy en la orilla, al borde del precipicio, y ahí me he mantenido todos estos años haciendo equilibrio, avanzando a paso de hormiga hacia el siguiente escalón. 
Y tengo tanto miedo de morir de nuevo, porque soy demasiado susceptible a la muerte, no puedo evitarla, bueno nadie puede, pero a mi me ve alcanzable siempre, porque camino con torpeza, no miro hacia los lados, no escucho fuera de la música de mis audífonos, siempre estoy propensa a atropellos, accidentes o descompensaciones. 

Al parecer mi vida pre-apocalipsis se trata de evitar retroceder. Da lo mismo si avanzo o no, pero nunca retroceder, no puedo permitirlo porque un paso atrás me mata, me mata definitivamente.

Es que nunca ninguna herida superficial me ha podido doler tanto. Fue tan grande y tan intenso que dejé de temer a las inyecciones, al dentista, a todo lo que me aterrorizaba cuando más pequeña. Porque todo dolor físico era suave al compararlo con esa molestia que se siente en la garganta cuando despiertas recordando que todo se ha ido. Nunca más quiero despertar así, nunca más quiero quedarme dormida sintiendo que me voy a morir de pena. Nunca más quiero volver a sentir que la vida me quitó el sentirme plena celebrando un we tripantu con mis sobrinas, que me dejó sin aire, que me dejó parapléjica, incapaz de sentir con intensidad. No quiero volver a romperme así. 


miércoles, 10 de junio de 2020

Inquebrantable

Hay días que son tristes
porque invade la nostalgia
la melancolía
Otros porque ataca el miedo
la desolación
Otros días piensas que todo está mal
y que no hay escapatoria.
Pero hay otros días que son tristes
porque simplemente no existen
como hoy
un 10 de Junio inexistente.
Un día vacío
porque ni siquiera soy capaz
de explicarme por qué
me siento así
De hecho ni siquiera sé qué es lo que siento
sólo sé que no es alegría
ni satisfacción.
Todo lo que he hecho ha sido soñar
tanto que ya no sé cuantos sueños
caben en mi cabeza.
Y hablo de sueños que hablan,
no de esperanzas ni aspiraciones.
Sueños que no entiendo,
y que sólo me hacen dudar
de donde estoy
de dónde vengo
qué es lo que he hecho
qué estoy haciendo
cuánto he dejado atrás
qué tanto deseo seguir.

Todo lo que he hecho ha sido mirar fijamente
la ventana,
la copa vacía de ayer,
la luz,
la oscuridad,
y cualquier cosa que posea este metro cuadrado.

Todo lo que he hecho ha sido
archivar memorias
de un cuerpo que se está dejando
que se mueve con el descanso
de otros cuerpos
que se enfría más cada invierno
que ya está por congelarse
para morir como su historia misma
inmóvil
inquebrantable
pero inmóvil,
silencioso.

Ismael Serrano - Ahora que te encuentro