No hay nada trivial

La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.

viernes, 28 de marzo de 2014

Izquierda sentimental


La última vez que escribí, lo hice drogada y creo que desde ese momento, todos los días que han caminado por la curva destinada a callar, han notado que yo no estoy aquí. Desde la última letra sin verdad, la última frase sin coherencia, desde los últimos puntos suspensivos, desde ahí que me fui a algún lugar en donde intenté olvidar ese espíritu azul, y creí haberlo logrado, hasta que te vi. 

Tres meses. Dos quizás. Mi cuerpo estuvo dividido. Mi mitad derecha te botó a la basura, te desechó e incluso te pisoteó. Arrancó cada caricia que quedó impregnada en mi piel. Simplemente, te esfumaste y ya no eras parte de mi vida (según la mitad derecha de mi cuerpo). Sin embargo, mi mitad izquierda, siempre rebelde, en contra de todo, y para más remate, romántica y poeta, sensible y expresiva... se dejó llevar por un sentimiento que erróneamente creció dentro de mis dos mitades... y se aferró a él, lo amó y lo odió con pasión y lujuria. Hizo que de mi boca saliera involuntariamente su nombre, para dar ejemplos de cualquier experiencia, suceso, de cualquier tema del que hablara, estaba presente gracias a esa mitad. No obstante, su sensibilidad se convirtió en debilidad y de alguna manera logré que mi derecho abofeteara a mi otra mitad para hacerla reaccionar. Supongo que así fue hasta que volví allí, sin querer te vi y eso fue todo para darme cuenta de que ya este año se fue a la mierda... No necesito más indicios, de verdad.

Perdónenme por ser un asco de persona en algún tiempo de mi vida. Si hice mucho daño, de verdad que no saben cuánto lo siento. Estoy pagando todo, lo sé. Ya nada puedo hacer al respecto. 

Tan desagradable no soy, ¿o si?

Ana Tijoux - Emilia