Es gratificante ir descubriendo esas pequeñas cosas que prontamente se incorporan a tu vida, y te van formando como persona. También es ameno sentir como vas creciendo, como te vas adaptando y cómo puedes aprender de uno y mil errores, sin desviar tu camino. Sin embargo, desearía no tener que lidiar con el pasado. Sé que intentó ser agradable conmigo, que se acercó a mí, me busca... y no siempre con malas intenciones, en ocasiones me dejó regalos maravillosos, y yo sin embargo no puedo aceptarlo, y no ansío su estadía aquí!, porque jamás conseguí quererlo, ni siquiera estimarlo, no obstante sí lo extraño, cada vez que logro evadirlo, cada vez que lo expulso de mi vida y hago de las mías para alejarlo y hacerle entender que no quiero saber nada más de él, cada vez que eso pasa mi alma se llena de nostalgia, y comienzo a echarlo de menos, a recordar los momentos tan hermosos y a la vez tan desgarradores que tuvimos que compartir. Invoco su regreso, le mando cartas, muchas cartas... una vez le redacté una de la siguiente manera:
"Usted no debió hacerme caso, ni debe obedecer a nadie. Si es parte de mi vida es porque yo estoy destinada a vivir de usted. Por favor Don pasado, vuelva... que mi destino no estará nunca completo sin su grano de arena, que yo jamás lograré encontrarme, si no está usted aquí. Necesito de su droga, este presente es asqueroso, y no creo en lo que va a pasar mañana, sólo lo necesito a usted, a sus foto, su música, su aroma, su contexto. Su éxtasis lo necesito en mis venas."
Hoy no sé si te quiero acá. Deseo vivir pero me da miedo, y no de lo que pueda pasar, si no más bien de lo que nosotros podamos construir.
Dig - Incubus.