Y sigamos acumulando, vamos, acércate maldito destino, mírame a los ojos a ver si ahora te parecerá tan gracioso, siente el cansancio que provocaste, desde la punta de mis pies hasta la raíz de mi cabello, aquel cansancio que me hará matarte, destrozarte, y acabar con todo, aquel cansancio que no se va, y que crece más y más, por cada detalle, en especial cuando no tienes a alguien que se trague tus penas, que a pesar de no oírte te responda, y aunque no conozca bien tu vida, te aconseje, diciendo cualquier pendejada que sin embargo siempre te ayuda, aquella persona que te entrega instructivos creados por él mismo y en ese mismo instante, sin mayor énfasis, sin profundidad, pero aun así te guía y te hace sentir seguridad, que al fin y al cabo es lo único que importa en este alejado mundo, estar seguro.
Ahora es el momento en donde nadie podrá oírme, porque hay ciertos acontecimientos no agradables que deben ser omitidos, por una y mil razones, y por eso sola tendré que cargar con esta imagen perturbadora, deprimente y llena de obstáculos, sola, sola, sola, sola, SOLA.
Es invierno, llueven sonrisas y yo no estoy contenta. 96-
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