No hay nada trivial

La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.

domingo, 21 de junio de 2015

Ladrona

¿Que cómo sigue la vida? No sé. Estuve en 10, a los 4 días bajé a 8, me mantuve en 8 durante un tiempo, luego bajé a 5 y medio y eso fue lo que más pude lograr, sin embargo, estoy en ese estado en que una sola fotografía, un aroma, una canción, un regalo, un mísero recuerdo me hace volver a 8 y quizás a 9.

He estado chocando tanto con el tiempo. Hoy volví a Tirúa y era todo tan diferente y similar a la vez. Llevé a mis sobrinas a la celebración del We Tripantu (año nuevo mapuche) que hacen en el parque brasil todos los años. El humo, la comida, la gente, el mapudungún, las machis, los peñis, el clima que justo apareció hoy, el pasto, todo, absolutamente todo me hizo viajar y pensar, mirar, recordar, comparar, concluir. Creo que la principal diferencia soy yo, es mi ánimo, es mi corazón. Mi pecho no estaba inflado hoy, y eso duele, porque estaba con gente que siempre me infla el pecho, pero hoy no lo lograron. En ocasiones me invadía la soledad y se me nublaba la vista, se me congelaba el alma. Logré descifrar el dolor de este día, fue darme cuenta de que mientras esto siga así, cada instancia que generalmente me llena de alegría, cada oportunidad que tenga de disfrutar ratos agradables con personas agradables no voy a poder saborearlas enteras a causa de sentir que algo me falta, y eso es feo, porque estaré haciendo como que todo está bien, y todos me van a creer, menos yo misma, y voy a sentir la falsedad de mis sonrisas. 

Mientras hablaba conmigo misma, con mi psicólogo interior, contigo, me dije/le dije/te dije que lo que más me duele en estos momentos es verme a mi misma así, me doy pena a mi misma y no en el mal sentido de la palabra, me miro al espejo y veo a un ser que busca cosas bonitas, que hace y entrega cosas bonitas, pero al que le roban, lo golpean, lo callan, lo pisotean, lo escupen. Siento que no merezco esto, por dos cosas: sin ningún aire de egocentrismo ni cosas por el estilo, soy una buena persona. No perfecta, claro, pero buena. Odio, repudio, a veces con exageración, pero esos sentimientos nunca me han convertido en nada malo, porque también quiero y entrego tanto cuando quiero, que llego a pecar de inocente. Mi odio es provocado por las mismas injusticias, por el mismo sufrimiento que veo en la sociedad. Aquel odio me hace una persona más sensible, más humana, más compañera, porque odio a quien hace sufrir a la gente. Por eso odio al estado, al rico, al burgués, al empresario, al policía y a la gente que los defiende. Ese odio me nace desde el cariño. En fin, el punto es que me considero bastante humana, cálida muy en el fondo, y lo único que quiero es encontrarme y encontrarlos y que estemos bien, que sobrevivamos a este mundo de mierda en el que vivimos. Lo único que siempre he querido es ver feliz a la gente que quiero y a la que no quiero pero que sé que merece felicidad también, y he ido despacio por la vida, con cuidado, porque conozco a los humanos y sé que a veces no pensamos y tanto como nos hacen daño también hacemos mucho daño. La segunda razón por la que siento que no merezco esto es mi perseverancia -aunque suene muy moral de iglesia católica-, sé que no he pasado por todo, sé que hay mil y un cosas peores, sé todo, pero también creo que cualquier otra persona que viviera esto, no sobreviviría y yo he estado aquí, amarrada a una silla, firme, sin moverme, sin permitir que nadie me mueva. He tenido tanta paciencia, tanta confianza y he seguido caminando tantas veces ya que en serio merezco recompensas, pero de las de verdad, no de las que te quitan. No merezco este dolor, no merezco esto y me llena de rabia verme así, sin poder mover mi cuerpo.

No debí haberte conocido. Me equivoco siempre. Entre millones de corazones normales y seguros, escojo siempre el extraño, el pequeño, el indeciso. Siempre caigo en los suelos erróneos. Y odio tanto esto, pero ya hasta odiar es malo en estos momentos, ni el odio me está haciendo feliz porque ya no quiero odiar sola, es aburrido sentir cosas de esta forma. Y sí, ya te odio, porque me robaste, abriste las puertas y te lo llevaste casi todo. 

En mi viaje en el tiempo mientras observaba a dos amigas de 4 y 5 años, jugando, riendo, corriendo... me di cuenta de algo: a pesar de ser una persona bastante oscura, al momento de las inundaciones lo que más deseo cuando miro al cielo no es morir, no quiero morir... deseo volver a nacer, volver atrás y ser una niña, una niña por siempre, que corre, que ríe, que juega. Que no conoce estas cosas, que no entiende qué es la angustia, el dolor. Esa fue toda la conclusión. Me quiero ir, lejos.

Perdón mamá por causarte esta pena, pero te juro que no es mi culpa, que no puedo evitarlo, que no quiero estar así. Te juro por lo que más quieras que no quiero, pero alguien me asesinó, alguien se llevó mi vida y no sé cómo recuperarla. Sigo sin entender nada. Sigo sin entender esto. 

Mañana tengo que conversar con Tomás y no sé qué le diré, porque ya no sé cómo describir lo que me está pasando ¿Por qué siempre la gente se va? ¿por qué me abandonan?, creo que partiré haciéndole esas preguntas. Todos se han marchado, nadie se ha quedado. Soy un virus, una peste, no sé. 

Deseo tanto no haber tenido esta historia. Nada lo vale, ni el día más bonito, ni la noche más caliente, ni Valparaíso, ni vitacura, ni los paraderos, ni nada vale lo que estoy sintiendo ahora. 

Gracias y de nada. Aposté todo lo que tenía y perdí. Tu ganaste, en todos los sentidos. Fuiste feliz y ahora continúas bien, normal, con los recuerdos bonitos. Yo continúo, obligada, con el corazón desangrándose de tantas heridas que se abrieron y otras que llegaron a cortarlo. Arrastrándome por el suelo, mendigando, enfermándome.

Estoy desmayándome mientras sueño, cierro los ojos y caigo, pierdo la conciencia, alguien me toma en brazos y me lleva al médico, otra persona se preocupa y va a visitarme, yo sigo inconsciente y el doctor le dice a las personas que están ahí que el desmayo se debe a una mezcla de tres razones: que la pena y el colapso me tienen débil, con las defensas bajas, que me estoy alimentando mal y que no quiero estar aquí con los ojos abiertos. La gente se da cuenta de que esto ya no era normal y no saben qué hacer, porque ya me perdieron. 

De todo lo que ya viví, lo único que odio soy yo, tratando de sobrevivir, tratando de olvidarte amor, teniendo que olvidarte a ti a cambio de una explicación, y es que el futuro para ti parece que no era yo. Y nunca quise ser romántico, al menos nunca para ti, maldita la sinceridad, maldito ese mes de junio... ahí fue que me dejaste solo, cuando más te necesité, no digas que también te duele. Si tu supieras lo que es volverse loco, extrañando tu cuerpo que ya no es mío, imaginando como te entregas a otros haciendo todo lo que tu hacías conmigo y no me digas que no tengo que olvidarte, y no me digas que podemos ser amigos, que yo prefiero morirme de frío. Voy a tomar, toda la noche para olvidar, voy a llorar... llora, llora chinita.

Te odio por ser una mentira viviente. Por ser el diablo que entre a mi vida y me engaña. Te odio por ser una promesa incumplida, un regalo que desaparece. Te odio por esto, te odio por todo, te odio por mi vida, te odio por no poder odiarte como debería. Me odio por haber entregado tanto, me odio por haberme portado bien, me odio por haber caído.

Dosed - Red hot chili peppers.


No hay comentarios:

Publicar un comentario