No hay nada trivial

La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.

jueves, 28 de junio de 2012

Una psicópata ignorada

Qué más se podía esperar de esta larga historia, con escenas súbitas y desgarradoras demostraciones afectivas, sentimentales. ¿Qué podrá decirme el tiempo? si tu voz lo dice, yo soy capaz de esperar su respuesta, y de quedarme inmóvil, soy capaz de detener mis pulmones, de hacer que mi corazón deje de latir, si tu canto me pide al oído que me vaya lejos a cualquier lugar yo me voy, soy capaz de olvidar todo, incluso lo inolvidable, lo que creí que siempre estaría en mi vida, soy capaz de dejarlo atrás, de ser una persona nueva, de arrepentirme por cosas que no he hecho, soy capaz de elevar mi amor, ese amor que nunca sale a flote, soy capaz de dejar mis vicios, soy capaz de tantas cosas... tan sólo si la esperanza dejara de ser esperanza y se convirtiera en realidad, estaría yo ahí arriba, rodeada de instrumentos y voces armoniosas, con el alma llena de felicidad y alegría, y con mi mente ocupada, sólo pensando en una sonrisa, si tan sólo tuviera la oportunidad... yo sería capaz de ser feliz.
Y ahí abajo estaba yo, mirando hacia arriba, imaginando momentos que iban en concordancia con las letras de las canciones... mirando fijamente esos ojos que derramaban indiferencia, observando que a un costado se encontraba aquella persona responsable de llevar a cabo mis deseos, como ya es costumbre.
Y ahí afuera estaba yo nuevamente, mirando el reloj cada 5 segundos, esperando que las cosas no se dieran tan bruscamente, y con un cierto grado de optimismo, creyendo que era el momento indicado para que la vida me pagara por todo lo de este año... buscando la apatía por todos lados, sin resignarme en ningún segundo, porque eso hacemos los psicópatas, permanecemos inertes en un punto fijo, sin retirarnos y sin rendirnos, aun sabiendo que nada es correcto y teniendo claro lo poco que importamos... ahí estamos, abajo, al lado, al otro lado, en una esquina, pero jamás arriba, mirando fijamente sin pestañear, esperando cosas que no van a llegar... jurando cruzar el horizonte, recibiendo una grata sonrisa, que no recibimos, porque somos ignorados.

Nano Stern - La puta esperanza

No hay comentarios:

Publicar un comentario