No hay nada trivial

La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Un lugar donde me olvide de la vida

Pucha no sé, se suponía que debía seguir con las tareas de la terapia; debería escribir sobre lo que sé que tengo que escribir, y seguir avanzando recto por este camino de la firmeza y la sabiduría. Pero nunca fui sabia y es tan tentador desviarse y tomar una ruta cualquiera y caminar, sin saber a donde llegar, sólo caminar y esperar que el peso de la vida se vaya quedando enterrado tras cada paso de incertidumbre que doy.

En momentos así me cuesta tanto entender la vida, entenderme a mí. Quisiera saber en qué va todo, en qué van mis sentimientos, por que no los entiendo, no entiendo su razón de ser, de actuar. Por qué me es tan fácil involucrarme y tan difícil soltarme. Fueron años, años en los que pensé que debía cumplir una condena eterna, y de repente, en un abrir y cerrar de ojos, sin darme cuenta, volví a ser libre, pero nuevamente en un abrir y cerrar de ojos aun más rápido volví a quedar encerrada. 

No sé qué más escribir, no sé qué más decir. Hace un tiempo dije que había comenzado a escribir sobre ti, pero no continué, para qué. Para qué dejar más recuerdos que años más adelante me van a atormentar cada vez que quiera escapar del presente y releer todo lo que he sentido y lo que he entregado y cómo me he marchitado.

Me acuerdo cuando estaba enamorada de diciembre. Cuando me gustaba cumplir años, cuando le rogaba a mis papás para que me prestaran la casa para celebrarlo en grande. Cuando me dolía la ausencia de personas en esa fecha, cuando me sentía si no me saludaban. Qué manera de cambiar todo en mi vida. Falta menos de un mes para ese día de diciembre que no quiero que llegue, y para el cual el único plan que tengo es cerrar todas mis redes sociales para que nadie se acuerde de saludarme, porque en los tiempos en los que vivimos así recordamos las fechas en las que nacieron nuestros seres querido. Todo es tan superficial y tan banal. Pero tampoco quiero estar aquí, creo que sólo quiero desaparecer del mapa, respirar, llorar y estar lejos. No quiero a nadie y no porque no quiera a mi gente, sino porque no me quiero a mi misma en estos momentos, y odio y repudio el día en que nací. Hace rato que esto me viene pasando, pero me guardaba cualquier pensamiento porque me carga ser la pendeja aguafiestas que no le regala un día de alegría a su mamá dejando que la celebren. Pero pucha, hace rato también que siempre tengo esa manía de pensar en todos menos en mí, de ponerme en el lugar de todos menos en el mío, y ese día es mío, voy a estar presente y con la cara llena de risa en el día de todos ustedes, porque me encanta verlos disfrutar del día en que nacieron. Pero yo no puedo disfrutar el mío, al menos en estos momentos. El año pasado fue el último año que intenté ser positiva y hacer algo e intentar pasarla bien. Y pasó lo peor que pudo pasar, algo que sólo me dijo que no siga insistiendo, que tengo que puro guardarme y admitir que mi venida al mundo no fue nada, ni siquiera una equivocación, simplemente no fue nada.

En fin, la pena me bajó porque falta poco pa mi cumpleaños y me da ansiedad pensar en cómo lo voy a hacer para evadir todo. Probablemente ese día no escriba, probablemente no escriba sobre ese día, como solía hacerlo antes. 

Que vengan los pasajes pa mandarme a cambiar a la conchetumare y dejar toda una vida atrás. Pa qué po, si hay tanto mundo, quizás simplemente estoy en el lugar equivocado. Muerete virus culiao y deja virarme tranquila a donde no vuelva a recordar mis tristezas.

Invierno - El tiempo lo probará

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