Quiero pedirte algo... acompáñame mientras camino descalza por las orillas del mar, necesito pensar... sí, más de lo común, pero ahora es indispensable tener la mente clara, es demasiado lo que sucede en tan poco tiempo, y eso me frustra, no poder detener las cosas, no poder prohibir que todo siga avanzando, ayúdame a escapar de este lugar, de este cuerpo, de este entorno, de estos pensamientos, de estas decisiones, de estas palabras, de esas miradas, de ese frío, ese frío que suelo confundir con miedo, hazme ver algo diferente, oblígame a creer que hay salidas, que hay cosas mejores, véndame los ojos e inyéctame paciencia, tranquilidad, con simples señales de que todo estará bien, de que las personas lindas tendrán lo que merecen, bájame de este mundo, llévame lejos, protégeme de este infierno, vuela conmigo por un par de segundos hacia cualquier parte, sólo para asegurarme de que todo estará bien, para darme cuenta de que efectivamente todos aquellos que lloran al rededor mío, que guardan un montón de vidas pisoteadas, después de dejar de existir, volverán a nacer, pero con un sólo propósito, ser feliz, y desconocerán todo aquello que sea su enemigo.
Miraré dentro de esas zapatillas, y podré reconocer que no hay indicios de esfuerzo, sé que no merezco casi nada de lo que pido y anhelo, así que ya qué queda por hacer más que arrepentirme. De todas formas, siempre existen escusas para todo, y en este caso es que indudablemente hay algo que aleja la concentración y las ganas de luchar por un objetivo, lo extraño es que ya no sé que es.
Miento, lo sé, miento... siempre trato de evitar mentirle a los demás, pero amo mentirme a mi misma, porque al parecer soy más tonta que todos y la única capaz de creer las falacias que mi mente puede inventar. Yo sé qué es lo que no me permite fijar los ojos en un sólo punto, es el deseo, es la ansiedad, la curiosidad, de conocer cosas que no conozco, las ganas de probar antes de morir, de cerrarles la boca a todos o por el contrario cerrarme la boca a mi misma, descubrir aspectos propios que permanecen muy ocultos... eso es, sí, aquel tequila margarita rondando en mi cabeza, recuerdos que debería dejar atrás y no sé por qué vuelven, nadie los invita, nadie los hace pasar, nadie los acepta, pero llegan igual, y se sientan, se acomodan, y hasta se sirven una copa de vino.
No te preocupes, aunque no lo sepas, yo sí agradezco todo, absolutamente todo, es verdad que no lo demuestro, pero si lo siento.
Black - Pearl jam
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