No reconozco esta forma de ser; los amores y las traiciones golpearon demasiado fuerte en algún momento y alimentaron una fuerza destructiva que creció tanto que ahora es incontrolable, es inconsciente. Pareciera que todo lo real se esfumó y hoy vivo de corazas e incertidumbres, y es manejable, me estabiliza, me da una seguridad superficial sobre este suelo, pero es un estado tan ficticio que cuando la realidad sensible me visita me arrastra por la tierra y me escupe.
Nunca pensé que así sería, pero quiero tener pena y dejarla volar, porque tengo ganas de sentir, de sentir de verdad. Sin embargo ahora sólo ojeo las fotos, las palabras, los momentos, pero ni lágrimas puedo saborear, y creo que es parte de vivir intensamente (o exageradamente), ya que o me hundo en la miseria o me convierto en un ser inerte y mal nacido, pero ni pensar en el equilibrio.
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