No hay nada trivial

La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal.

miércoles, 30 de enero de 2013

Alaska

Quizás todos hemos pensado en Alaska alguna vez. Me incluyo, pero englobo a Alaska como cualquier sitio que tuviera su misma libertad para respirar. 
Yo también me he despertado desorientada. Una vez abrí los ojos y no sabía si realmente había despertado. Me levanté y me dirigí hacia cualquier lado. Miré a mi al rededor y estaba lleno de gente loca. De gente que destrozaba el corazón de otros sin razón alguna, que caminaba con bastón producto su ceguera provocada por las ambiciones. No entendía porque todos eran y se comportaban así, por qué ignoraban la desgracia que los rodeaba, y seguían caminando concentrados en su propio ego... Y yo sigo sin saber si realmente desperté. Porque aun sigo viendo gente así, que transforma sus propios sentimientos. Gente que seduce y engaña, no sé para qué. Hipnotiza y le roba la seguridad y tranquilidad a quiénes sólo querían un poco de vida. Ladrones que llegan a tu vida y no se quieren ir, que te trafican deseos y luego se quedan con tu mente y tus sueños. 

Alaska... Suena tentador verme ahí, sentada absolutamente solitaria en una roca frente al mar, leyendo sin parar. A ver si es que al terminar el libro olvido todo de una vez, y entierro mi vida y cambio todo lo que me espera. 

No sé que me pasó esa noche. No podía dormir. Tenía sueño, pero a mi mente no paraba de llegarle imagen tras imagen, me perturbé, me enojé, me angustié. En momentos me tranquilizaba y de la nada se venía una foto, una palabra, una mirada y mis ojos dejaban caer las gotas que pensé ya no tener. 

Yo no quería... yo no quería empezar nuevamente lo mismo... 

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