¿Llorar me da serotonina? Quizás suene absurdo; pero me di cuenta de que en todo este tiempo que llevo con bajas de serotonina; miedos abrumadores y crisis extravagantes de cosas que antes no conocía, no he llorado absolutamente ningún día por dramas internos. Como que en algún momento todo se puso demasiado serio, y creo que me hacía falta una noche de desvelarme escuchando conciertos y llorando sin siquiera saber por qué.
Es que esta siempre fui yo. La intensa, la protagonista de telenovela, la que sueña con despertar en Seattle con el paisaje lleno de nieve y gente despeinada usando camisas de franela cuadrillé. Porque Seattle es como ese imaginario de lugar triste y sencillo. De pueblo pequeño con tabernas quitapenas, con amores culposos y familias desarmadas.
Es absurdo también que alguien sueñe con un lugar así. Pero es que así soy y eso no me hace depresiva, la depresión ha venido por otros lados y ha sido totalmente diferente. Puedo tener controlada la depresión y mientras más lo haga más lloraré porque estaré liberando serotonina. Porque llorar me hace humana y sentirme humana me hace estable.
Por eso me gusta tanto escribir. ¿Cuándo han conocido escritores que sólo escriben felicidad?; si la pena inspira y libera.
De hecho hace tiempo no sentía esta necesidad incontrolable de derramar lágrimas a través de los dedos.
Chris Cornell, Maquinaria Chile 2011
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